Dulce María en portada de Vogue México.

Fotografía de VOGUE México. 

Después de una década de espera, Dulce María vuelve a subir al escenario con el grupo RBD, originado a partir de la exitosa telenovela “Rebelde”, para realizar una gira mundial, que debutó con un show el 25 de agosto, en Texas, Estados Unidos. Ahora, la estrella mexicana no sólo ilumina los escenarios, sino que ocupa la portada de la revista Vogue México y habla con nostalgia acerca de las glorias de su pasado y presente.

En tan significativo momento de su carrera artística, la actriz y cantante apareció con el pelo rojo, reviviendo el icónico estilo del personaje Roberta Pardo, quien dictó la moda en los años 2000, y que también simboliza la fuerza, la pasión, el empoderamiento y la rebeldía que la acompañó durante todos estos años de su carrera. El cambio representado en la portada de la revista con la frase: “el color de la rebelión se apodera de tu mirada”, causó gran impacto, destacando a Dulce entre los temas más comentados en las redes sociales de varios países.

Para la artista, esta transformación trae mucho más que un simple sentimiento de nostalgia, sino también una gran representación de todo lo que vivió y vive hoy en su nueva etapa. 
“El rojo icónico es una parte de mí que existe, que existió y que está en el corazón de muchas personas. El rojo significa fuerza, empoderamiento, individualidad, poder aceptar quién eres, tus diferencias e imperfecciones para convertirte en la mejor versión de ti mismo. No me refiero sólo al cabello. Me refiero a la etapa en la que estoy, buscando un equilibrio entre ser madre, mi familia, que es lo más importante, mi salud y estar bien emocionalmente”, afirma.

Dulce revela que casarse y formar una familia le dio una nueva estabilidad emocional y creativa. Y esa nueva energía contribuyó a su preparación para la gira. 

“Volver a interpretar canciones que no cantábamos desde hace 15 años ha sido una experiencia intensa. Despierta emociones que ni siquiera sabíamos que existían, nos recuerda cosas, saca a la luz miedos. Ya no tengo 18 o 21 años como antes, estoy en una fase diferente, ahora soy madre. Siento que necesito ese tiempo para dedicarlo sólo a mí. Probablemente, después de esta gira, me daré ese tiempo”, afirma.

Aunque esta no es la primera vez que Dulce María aparece en las páginas de Vogue, representa un hito notable al ser la primera integrante del grupo RBD en aparecer en portada. Este logro no sólo celebra su carrera individual, sino que también honra el legado del grupo que continúa haciendo historia en la escena musical y cultural.


Según la artista, incluso con el paso de los años, la conexión entre todos los miembros de la banda se mantiene intacta. 

“Cuando estamos juntos, es como si no hubiera pasado el tiempo. No porque seamos mejores amigos, sino porque nos conocemos tan bien que hay una calidez familiar. Después de 18 años de madurez y crecimiento, podemos abrazar mucho más nuestras diferencias y esto es algo muy importante: somos diferentes, pero tenemos ese respeto y podemos convivir sin etiquetas y ser un solo grupo, con sus personalidades. Siento que el mundo debería ser así, sin etiquetas y abrazando nuestras diferencias”, afirma.

Para la cantante, poder volver hoy a subir a los escenarios, ver estadios llenos y sentir todo el cariño del público despierta un sentimiento de gratitud y genuina reciprocidad. 

“En ese momento Rebelde era muy grande, fuerte y hermosa, pero siento que ahora todo eso se ha visto duplicado por la nostalgia. Esto conecta a muchas personas con sus momentos felices. Estoy muy conmovida y agradecida por el amor y el cuidado de todos. Me emociono cuando los veo. Ya son dos generaciones, porque llega gente que es mayor que yo, de mi edad, y otros que son chiquitos y nos conocen. Luego se juntan las generaciones y eso es maravilloso”, afirma.


 

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