Venezuela, es tal vez mi relación más toxica, pero una de las más constantes, esa que sin importar los años sigues extrañando y que de vez en cuando deseas volver a abrazar.
En ella di mi primer aliento, mis primeros pasos y forje cada uno de mis recuerdos, me dio mucho y algún día espero poder retribuirle así sea un poco de todo lo que me regalo.
Para escribir este post debí recrear en mi mente millones de memorias, muchas llenas de alegrías y tristezas, de familia y amigos, de hogar... porque eso es para mí, es sinónimo de hogar.
Haber crecido en Venezuela y provenir de una familia que ama su tierra tanto como a sus hijos me enseño amarla desde pequeño, por eso no me permitía empezar a escribir acerca de destinos sin recordar cada uno de los viajes a sus playas, esos fines de semana en la finca o esas pequeñas escapadas a algún rincón del país.
Viajar por el mundo nos da una sensación de libertad y plenitud, pero cuando se trata de conocer tu país de origen tiene un significado mucho más especial e indescriptible.
Venezuela es un país que lo tiene todo, su naturaleza es mágica y una de las más bellas que conozco.
Si eres amante de las playas como yo, te enamoraras perdidamente de sus costas, sus cayos y de sus islas. Sus azules son de otro mundo, sentir la inmensidad del Caribe no tiene precio. No dudes en visitar sus cayos en Falcón y Carabobo, toma un vuelo a los Roques, a la Isla la Tortuga o Nueva Esparta si es posible. No importa si decides parar en cualquier parte de su costa, valdrá la pena la calidez de sus climas y de su gente.
Si dispones de tiempo viaja hacia los Andes Venezolanos, y sentirás que has cambiado de país sin salir de sus fronteras, inmediatamente sentirás un clima frío con una fauna totalmente distinta, sube la Sierra Nevada e impresiónate con sus bellezas naturales.
Recorrer sus Llanos tiene que ser un plan en tu itinerario sin duda, su Sabana, sus ríos y manantiales te capturaran de inmediato, su tierra es una de las más fértiles que conozco y si tienes la oportunidad te recomiendo recorrer su horizonte a caballo, juro que no te arrepentirás.
Aunque no tuve la oportunidad de conocer la Gran Sabana, deseo poder hacerlo algún día y maravillarme viendo el Salto Ángel, sus tepuyes, sus ríos y sus selvas tropicales.
Si la vida te brinda la oportunidad de conocer Venezuela cuando sea posible disfrutarla a plenitud, no dudes de recorrerla completamente, acompañarla escuchando un buen playlist, disfrutando de sus manjares, una deliciosa arepa, unas empanadas en la playa o unas buenas cachapas en el Llano.
Esto es Venezuela, esa que vive en mis recuerdos y por la que siempre me sentiré orgulloso de llevar en las venas sin importar a donde el viento me haya llevado.
Puedo decirles que Venezuela es un paraíso terrenal al que Dios le dio un toque especial, solo espero que si un día tengo que naufragar, enterrad mi cuerpo cerca del mar... en Venezuela.
Por German Delgado.
Fotografías de German Delgado, Venezuela.
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