Meryl Streep nos ha robado de nuevo el corazón con su discurso en los Premios Princesa de Asturias 2023.

Fotografía de la Fundación Princesa de Asturias.


Hace unos días vimos a Meryl Streep junto a Antonio Banderas desde Oviedo en un conversatorio en el marco de los Premios Princesa de Asturias 2023, ahora podemos maravillarnos con su impecable discurso al recibir el 'Premio Princesa de Asturias de las Artes', en el que citó al artista Pablo Picasso y a la actriz Penélope Cruz. 

Desde siempre Meryl ha sido nuestra favorita y cada día que pasa lo comprobamos, enhorabuena, eres y serás siempre la representación de una gran ser humano.

Lee aquí parte del discurso:

Una parte de mí sospecha que como he representado a personas extraordinarias toda mi vida, ahora me toman por una de ellas. Estoy realmente agradecida por este reconocimiento al arte de actuar, el trabajo de mi vida, cuya esencia sigue siendo un misterio incluso para mí.

Cuando veo una actuación que me llama especialmente la atención, puede permanecer dentro de mí durante días, a veces décadas. Siento como si hubiera descubierto algo. Me siento más viva y conectada a otras personas.

La empatía es el don del actor. La corriente que conecta mi propio pulso con el de un personaje de ficción. Puedo hacer que su corazón se acelere o calme según lo que requiera una escena. Y mi sistema nervioso, conectado por simpatía al suyo, lleva esa corriente hacia ustedes en su butaca. Todos sentimos que nos está pasando al mismo tiempo.

La parte más importante de nuestro trabajo es hacer que cada vez vida sea accesible y sentida por el público. Una regla que se enseña a los actores en las escuelas de arte dramático es que no debes juzgar al personaje que estás interpretando. Juzgar te hace quedar fuera de sus vivencias. Cuando nacemos nos identificamos con los demás, sentimos empatía, una humanidad compartida. Los bebés lloran solo con ver las lágrimas de otra persona, pero a medida que crecemos reprimimos esos sentimientos, los suprimimos para el resto de nuestras vidas y suplantamos a favor de la autoprotección o de una ideología. Empezamos a sospechar y desconfiar de los motivos de los demás que no son como nosotros. Y así llegamos a este triste momento de la historia.

El privilegio de un actor es el don de la empatía. Es algo que todos compartimos. La amistad y esa capacidad de sentarnos juntos en un teatro y experimentar los sentimientos de personas que no se parecen a nosotros ni suenan como nosotros es una capacidad que todos deberíamos llevar dentro de nosotros al volver a la luz del día.

 

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